domingo, 24 de abril de 2016

Dejar ir

Hay que dejar ir a quien nunca hizo nada para quedarse, a esas personas de sentimientos temporales que nos hicieron invertir tiempo e ilusiones. Dejar ir requiere valentía, pero lejos de aceptarlo como un final, debemos verlo como el principio de algo nuevo.

¿Quién no se ha visto obligado en alguna ocasión a tener que cerrar una etapa de su vida? En ocasiones lo llaman “cerrar círculos“.

No obstante, esta idea de la circularidad más que darnos la visión de algo que se cierra con un inicio y un final, nos hace visualizar más bien una entidad que nunca termina, como una especie de uróboro o eterno retorno. Debemos ver esas etapas de nuestra vida como una línea por las que avanzar, por las que fluímos a medida que crecemos.

Y para crecer, nos desprendemos de ciertas cosas, a la vez que ganamos otras. La vida es un avance imparable que nos abruma y que nos quita el aliento, y de nada nos vale quedarnos encallados en algo o alguien que nos hunde hacia abajo como la piedra que cae por un pozo.

Quien no nos reconoce, quien nos hace daño y erosiona nuestro ser, nuestra esencia como persona, está vulnerando nuestro crecimiento.

Ahora bien, puede que nos cueste darnos cuenta, que no deseemos verlo durante un tiempo, pero la infelicidad es algo que nadie puede esconder. Duele, marchita y nos apaga. Así que no lo permitas. En la vida siempre llega un momento en que es mejor soltar, dejar ir…

domingo, 17 de abril de 2016

Vivir una mentira

Cuando alguien se marcha sin más hay algo dentro de uno mismo que se rompe. Es probable que no acertemos a saber qué es lo que se ha quebrado pero, sin embargo, nos duela muchísimo.

No obstante, los desengaños son menos dolorosos si conseguimos salvaguardar nuestra integridad. Por esta razón, aunque sustituir el amor a los demás por el amor propio es un proceso duro, la verdad es que estaremos cambiando a un insufrible tirano por un buen amigo.

Asimismo, cuando una persona nos abandona injustamente, cuando nos dejan sin explicación ni mediación, podemos estar seguros de que el día de mañana le penará habernos perdido.

domingo, 3 de abril de 2016

Mañana te extrañaran

Quien hoy no te valora, mañana te extraña

A veces, las personas huyen sin más explicación, dejándonos desolados por una ausencia cruel e inesperada que le da un vuelco a nuestra vida.
Cuando esto ocurre, no nos podemos imaginar nada peor, más rastrero y más egoísta que la ofensa que acaban de realizarnos.  Entonces, después de contener nuestro enfado y nuestra rabia, empezamos a pensar que no nos lo merecemos y que es injusto.
Al mismo tiempo una nube cargada de tristeza y de reproche se cierne sobre nosotros, generando una oscuridad con la que intuimos que tendremos que convivir una buena temporada.
En esa oscuridad conoceremos la decepción, el desencanto, el engaño y la incredulidad.  Sin embargo, cuando caemos en ese abismo, significa que está cerca la libertad pues si alguien nos ha dejado de esa manera, no merece nuestra compañía.

Arrastrarse

“Arrastrarse” y suplicar migajas de atención y cariño deja una huella permanente en nuestra autoestima y en nuestro bienestar emocional. Que nos ignoren nos hace sentir pequeños, insignificantes y vulnerables.
A esto se le une la impotencia, la frustración y la rabia por no lograr el tipo de relación que nos gustaría tener con esa persona que obvia nuestra presencia y menosprecia nuestro interés.
Nuestro autoconcepto se ve totalmente mermado cuando sucede esto. Sentirnos así genera, en parte, que lleguemos a ser incapaces de mantener una actitud correcta hacia nosotros mismos.
Restaurar lo que el tiempo y las actitudes de indiferencia de los demás han mermado no es una tarea fácil. Recomponer nuestros pedazos exige de orgullo, coraje y de cierto “egoísmo sano” que no es más que comenzar a cuidarnos a nosotros mismos por encima de todas las cosas.
“He conocido a alguien. Soy yo. Voy a darme una oportunidad.”
-Elvira Sastre-
Mujer dejando libres a los pájaros en su jaula

domingo, 27 de marzo de 2016

Buscame

No deberíamos caminar detrás de alguien que nos ve venir y nos esquiva. No deberíamos ir detrás cuando ya saben dónde estamos, conocen nuestra intención de transitar por su sendero y no nos abren paso. No. Tenemos que darnos una oportunidad.
El cariño no se suplica y la falta de interés acaba con él. Es hora de arrancar minutos al reloj y hojas al calendario. Es el momento de resurgir, de querernos y de trabajar nuestra dignidad. Así que, quien me quiera que me busque.
El afecto no habla el mismo lenguaje que el egoísmo y que la indiferencia. No, el cariño es sincero, neutro, cordial, recíproco; solo sabe de interés cuando busca el beneficio común, cuando intenta regar su árbol y crecer.
Hoy te dejo en libertad. Hoy me olvido de mis miedos. Hoy comienzo a valorarme. Hoy salgo adelante. Hoy te dejo de esperar…
Chica mirando al mar

domingo, 20 de marzo de 2016

Libera tu dolor

Cuando mantienes tu resentimiento hacia otra persona, estás amarrado a esa persona o a esa situación, por un vínculo emocional que es más fuerte que el acero. Perdonar es la única forma de disolver ese vínculo y lograr la libertad
Catherine Ponder 
Darle alas al sufrimiento es la única manera de no hacer de nuestro cuerpo la tumba de nuestra alma. Detrás de nuestro coraje, de nuestra rabia y de nuestra ira por la impotencia de sentirnos poco valorados, se esconde una gran tristeza y una sensación de humillación infinita.
Por esta razón, tenemos que trabajar nuestra decepción y dejar de caminar jugándonos la vida. Entonces será el momento de dejar atrás y de no olvidarnos de que son situaciones comunes que encierran en ellas una gran semilla de crecimiento y de liberación.

domingo, 13 de marzo de 2016

Alejarse de lo complicado

Cuando nos enfrentamos a situaciones complicadas en las que alguien importante nos ignora, podemos hacer uso de la indiferencia.
Conseguir que lo que alguien haga o no haga no nos afecte actúa como un bálsamo. Puede que al principio nos cueste, pero vale la pena el esfuerzo cuando se trata de evitar nuestro deterioro emocional.
Quedarse cerca de alguien puede ser ir demasiado lejos para nosotros, por lo que una buena solución es obsequiar a estas personas con nuestra ausencia. Si optamos por esta opción, es posible que iniciemos una lucha interna entre la que nos debatamos entre esperar a que vuelva o reiniciar nuestra vida de manera definitiva.
Ambas actitudes resultan dolorosas a corto plazo pero, sin lugar a dudas, convivir con nosotros mismos es la más deseable.
Es probable que, en estos casos, se nos queden muchísimas cosas por decir. El dolor, los reproches y todas nuestras emociones no pueden quedarse dentro de nosotros mismos, debemos de sacarlas de alguna manera, aunque sea imaginándonos que tenemos a esa persona de frente, aunque sea rasgando papeles o golpeando cojines.
Una buena opción es escribir una carta a esa persona que te lastimó en la que expliques los motivos que te han hecho partir y cómo te has sentido. Una vez que los sentimientos y las emociones del momento queden escritos, lo mejor es deshacerse de la carta y liberarnos de manera simbólica de esas sensaciones.